martes, 14 de diciembre de 2010

Apuntes sobre mi Patria


Enrique Galván-Duque Tamborrel

Mayo / 2005

 

Porque el que se humillare, será en gloria;
y el que bajare los ojos, ese será salvo

 

 

En México, en la época contemporánea, ha habido varios presidentes de la República que han profesado mucho muy discretamente la fe cristiana.  Nunca lo declararon abiertamente, en ese tema actuaban siempre con cobardía, y sólo hasta mucho después de dejar el cargo, casi al llegarles la muerte es que aceptaban que si eran cristianos.  ¿Por qué esa hipocresía? No lo sé, pienso que era, por una parte los tabúes impuestos, como tantos otros, inexplicablemente en la política de nuestro sufrido país, y por otra la hipocresía y cobardía con la actuaban los políticos.

Pero llegó Fox, empezaron los cambios y entre ellos uno muy valioso: el declarar abiertamente su fe cristiana, pero no con sentido demagógico, sino para hacer de las normas cristianas la guía para regular sus actos.  Esto se dice fácil pero que me digan cuantos lo hacen así.  Según datos del INEGI el 95% de población mexicana es, o mejor dicho se dice cristiana, pero ¿Cuántos realmente hacen de Cristo su ejemplo de vida?  Si tan sólo un 20% lo hicieran, ¡qué diferente sería nuestro México!

Como epílogo del sainete, cuyo actor principal fue Andrés Manuel López Obrador, el Presidente Fox me dejó verdaderamente anonadado con un acto sublime de humildad cristiana ¡Alabado sea Dios!  Claro, esto no será jamás valorado así por los obtusos, porque ellos no tienen fe alguna, aunque vayan a las peregrinaciones de la Virgen de Guadalupe y se den golpes de pecho hipócritamente.  En México si alguien actúa con nobleza y humildad cristiana, lo menos que le dicen es: eres un dejado, inocente o pendejo.  Es por esto que para practicar la doctrina de Cristo se necesita mucha, pero mucha calidad,  voluntad y sobre todo, mucho valor, actitud que el único que ha demostrado tenerla, para bien de nuestro país y de los mexicanos, es Vicente Fox Quesada.

 En una breve ---no necesitaba más--- entrevista con Andrés Manuel López Obrador, al hombre que desde que inició su gestión no ha parado de agredirlo ---como los judíos a Cristo--- le dio la mano y le dijo ---palabras menos palabras más---: "Como Presidente de la República me corresponde cuidar la estabilidad social de todo el país, si para evitar una estéril confrontación que el único perdedor sería el país y los mexicanos tengo que poner la otra mejilla lo hago, y lo hago con la frente en alto imbuido en mi fe cristiana.  Tu, como gobernante de una entidad de la Federación, sabrás como limpias el error que cometiste, eso queda únicamente bajo la responsabilidad de tu conciencia"

Mi pregunta final sería: ¿Merecemos los mexicanos la demostración sublime y el sacrificio que por el bien nuestro realizó Vicente?  La historia lo dirá.  Yo, como pronto seré parte de la historia, desde el más allá lo veré.  Pero que conste, no estoy diciendo que Vicente sea perfecto, no, es tan imperfecto cono cualquiera de nosotros, pero, y este pero significa mucho, ha tenido la voluntad y valentía de actuar conforme a su fe, que es la de la mayoría de los mexicanos pero que no lo demostramos con hechos como él.

¡Loor a quien loor merece!  Dios te bendiga Vicente, gracias por tu voluntad y valentía.

Para terminar con estos breves apuntes, es importante dejar muy en claro que el desacato cometido por Andrés Manuel López Obrador fue un hecho real y está perfectamente documentado, de ahí que los legisladores que votaron por el desafuero pueden estar tranquilos pues lo hicieron conforme a derecho.  Así es que, independientemente del acto de humildad cristiana hecho por Vicente Fox en bien del país, para evitar confrontaciones estériles entre mexicanos ---ojalá hubiera habido en México gente de este calibre en el siglo XIX que hubiera evitado tantas luchas fraticidas que tanto daño le hicieron al país y cercenaron su desarrollo---, lo único que toca a López Obrador es actuar por propia conciencia, como se lo dijo el Presidente Fox, para limpiar su delito conforme a derecho, y esto radica exclusivamente en su voluntad y decisión.   La cuestión que queda en el aire es: ¿tendrá Andrés Manuel López Obrador la voluntad y, sobre todo, el valor para hacerlo.  Ojalá y me equivoque pero yo lo dudo, pues ha demostrado infinidad de veces, desde sus correrías en Tabasco, que nunca ha enfrentado por sí solo las situaciones difíciles, siempre se ha escudado en la "bola" que para armarla, hay que reconocerlo, si es muy hábil.

 

"Si quis te percusserit in dexteram maxillam team, præbe illi et alteram"

 

(Si alguno te hiere en la mejilla derecha, ofrécele también la otra)


 

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