miércoles, 15 de diciembre de 2010

De la Reforma Fiscal

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Enero / 2005

 

"Con los necios no consultes porque estos no
podrán amar sino las cosas que les placen"

 

 

Sin duda, el Presidente Fox y su equipo decidieron enfrentar muy temprano el reto que significaba ---y sigue significando--- el asunto, que a todos nos afecta, relativo a la Reforma Fiscal en nuestro país.  Pero de nada ha valido el empeño e insistencia que ha demostrado el Presidente ante lo necia resistencia de los legisladores.  No obstante lo complicado del asunto en sí, que hace de él un problema de agudos perfiles, por lo que, o se le trata a fondo, cueste lo que cueste, o se le envía al archivo –dado el tiempo que ha transcurrido parece ser que éste ha sido su destino---, lo cual pronto podría tener un costo muy alto ---aquí aflora el sempiterno padecimiento que adolecemos los mexicanos: el Síndrome de TPDNA (Tapar el Pozo Después de que el Niño se Ahogó) ---. 

Además, para mayor lobreguez, ni en México ni en el resto del mundo parece haber alguien a quien le hayan dirigido una estatua por cobrar más impuestos.  A esto, hay que agregar tanto lo abstruso del tema, como un fenómeno común a todos los países: la evasión fiscal que en México alcanza niveles sublimes.

Así, resulta natural que en todos los medios informativos se dediquen amplios espacios a la oposición de los sectores sociales ante la reforma fiscal; y sólo lo contrario hubiese superado en importancia el tratamiento de este asunto, pero es claro que poco o nada valioso puede surgir de lo que pudo haber sido y no fue.

Y, de inmediato, se refleja en las entrevistas un común denominador: el rechazo.  Nadie puede, por no existir todavía las normas aplicables, demostrar su injusto alcance.  Basta, sin embargo, que impliquen pagar, incluso más que antes, para desencadenar reacciones de toda especie y magnitud; en ese contexto, los especialistas versados en estos menesteres dan cuenta de algunas opciones favorables ante las normas tributarias en proyecto, así como de los lastres y problemas que podrían corregirse, pero es improbable que el grueso de los contribuyentes se fije en ello.

El tema fiscal es, además de abstruso, en varios aspectos terrible, quizás por tratarse de algo especializado, así que otro elemento psicológico ---el miedo a lo desconocido--- se manifiesta con claridad evidente en las reacciones de los han expuesto sus comentarios, que van desde el frío análisis económico hasta la invocación al fantasma de Roque.

Para la dirigencia del PRI, olvidando lo que fue su política durante siete largas décadas, la Reforma Fiscal es lo opuesto a Robin Hood: "se pretende robar a los pobres para dar a los ricos".  Tan original declaración, a la cual se suma obviamente el PRD, demuestra cómo el antiguo apéndice electoral del régimen ---con sus "hijitos" haciéndole segunda--- no se puede olvidar de sus prebendas ---que aún subsisten y tratan a toda costa de mantenerlas---, aunque ello no se dice para que, a diferencia de cuando saboreaba las mieles del poder, busque ahora desde la oposición, inéditos escenarios de protesta.

Hay gente pública connotada que ha opinado que en la ampliación de la base de contribuyentes, mucho muy reducida en México, se puede aplicar una reforma fiscal justa.  A su vez, otros ---los menos--- no ocultan su molestia, con declaraciones como: "se gobiernan para todos, no para fregar a todos", que por si solas demuestran su incongruencia.   Cabe insistir en que los impuestos nunca han sido, ni son y ni serán populares, de serlo, no se llamarían así y, en vez de notas airadas, recibirían bendiciones, en especial cuando, por nuestra ancestral pobreza, pagar no es precisamente corresponder sino morir un poco.

Tal vez por la amplitud de comentarios suscitados en torno a este asunto, la opinión de especialistas que consideran muy necesaria la ampliación de la base de contribuyentes no ha tenido mucho eco o no se ha entendido adecuadamente, como lo demuestra la incongruencia en la que cayeron los diputados del PRI ---con los del PRD como comparsas--- en la discutida aprobación del Presupuesto de Egresos para 2005.   Primero aprueban ---en la Ley de Ingresos--- un ingreso fundamentado en la ampliación de la base de contribuyentes, y después ---Presupuesto de Egresos--- anulan los fondos necesarios para implementar dicha ampliación. ¿Cómo la ve usted?

El caso es que han pasado tres años y la mentada Reforma Fiscal, que tanta falta le hace a nuestro país, y por la que tanto han luchado el Presidente Fox y su equipo sigue empantanada.  Obstaculizada por un Congreso de incompetentes, incapaz de ver la realidad y llenos de atavismos obtusos que les impide negociar por el bien de nuestra patria.     Al parejo de ésta están las reformas en el ramo de la energía, la laboral y la del Estado.  ¿Cuándo se estudiarán, se discutirán y se aprobarán? Quien sabe, pero de lo que sí estoy seguro es que algún día, sobre la rodilla y a las carreras ---como es clásico entre los mexicanos--- y cuando ya nos estemos ahogando, se procederá en consecuencia.  

 

 DIOS, EN TUS MANOS ESTÁ EL FUTURO DE NUESTRO PAÍS, BENDÍCENOS E ILUMÍNANOS.

 

"La insistencia sistemática e inteligente es la llave del éxito"

 

 

 

 

 


 

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