martes, 14 de diciembre de 2010

Las remesas de los mexicanos en EE.UU.

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel
abril / 2005

 

"Lo que no aprovecha a la colmena,
no aprovecha a la abeja
".

 

 

El asunto de las remesas de dinero (dólares) de los mexicanos a México se ha convertido en tema sobre el que se tejen muchos mitos y son motivo de especulaciones.  Entre tantas especulaciones nadie ha hablado de que con el paso del tiempo esas remesas  tienden a cero, y es que los envíos son mayormente para los padres, y estos irán partiendo vivir con sus hijos allá o, por razón natural, de este mundo.

Lo que mandan nuestros paisanos indiscutiblemente no es poca cosa, según los datos del INEGI suman más de 15 mil millones de dólares, que se dice fácil pero que significan la segunda entrada de divisas después del petróleo.

Esa deslumbrante cantidad de dólares obviamente, como dije, es motivo de no pocas especulaciones, pero no todo hay que verlo de un solo lado, también tiene otra cara esa moneda. 

Antes de salir de los Estados Unidos ese dinero produce ingresos a muchos pequeños negocios que operan como agentes de envío para ganarse la comisión, pero también para atraer clientela.  Un ejemplo es la tienda Wimington Discount en donde los clientes hacen sus compres y aprovechan la ocasión para enviarle algún dinero a sus familiares, ya sea en México, Centro o Sudamérica.  Para Dora López, propietaria de la tienda, ser agente de envío de remesas significa, además de tener una entrada extra para su negocio, poder aumentar el tráfico de clientes en la tienda, sobre todo es las fechas decembrinas cuando los inmigrantes (en EE. UU.) tienden a incrementar la cantidad y volumen del dinero que giran a sus seres queridos en sus países de origen.

"Aunque de momento no compren nada, ya saben que mi tienda está aquí", dice Dora, quien lleva varios años trabajando como agente para diferentes compañías.  Ahora tiene contrato con El Camino, una empresa ubicada en diversos estados de oeste de EE. UU. Que se especializa en hacer envíos a Latinoamérica y cuenta con unos 150 agentes a través de los cuales se realiza la mayoría de los envíos.  El año pasado el envío de remesas que manejó esta compañía ascendió a unos 100 millones de dólares.

Para convertirse en uno de esos agentes no se requiere un determinado nivel educativo ni obtener una licencia profesional, aunque en la mayor parte del territorio estadounidense es necesario registrarse con el estado y tomarse las huellas en el Departamento del Sheriff correspondiente.  El propósito es verificar que la persona no cuente con antecedentes penales y tener un registro de sus huellas digitales en caso de que alguna vez su gestión levante sospechas.

Por otra parte, la mitad del dinero que se llega a México por concepto de las remesas de nuestros paisanos es para comer.  El 9.6% de las remesas se utiliza para proyectos comunitarios t sólo una mínima parte, ni el 2%, se invierte en programas de desarrollo económico, según un reciente estudio del Tomás Rivera Policy Institute (TRPI) denominado Comportamiento de las Remesas de los Inmigrantes y sus Consecuencias de Desarrollo para México y El Salvador.

Rodolfo de la Garza, investigador de la Universidad de Columbia en Nueva York, dijo que este estudio desmiente a los gobiernos de los países receptores de ese dinero, quienes ven las remesas como una fuente de inversión en el país.  "pero no es así", asegura De la Garza, "porque en realidad es una mínima parte lo que se en actividades con fines económicos.  ¿Cuánto? Casi nada, de hecho el porcentaje no es significativo para la cantidad de dinero que se envía"

Según el reporte de TRPI, el 70% de las remesas es para uso familiar  ---comida, ropa, educación, salud, reparaciones y construcción de vivienda, etc.--- y el 30% es para gasto de la colectividad ---arreglo de iglesias, mantenimiento de campos deportivos, construcción de parques, etc.  Del total de los gastos familiares, el 68% es para comida, lo que significa que casi la mitad (48%) de los 30 mil millones de dólares que se enviaron a Latinoamérica en 2004, fue para que sus familiares se pudieran alimentar.  El 5% se gasta en atención médica, el 2% para mejoras y construcción de vivienda, el 3% para educación y 2l 12% para otros aspectos de la familia.

Para obras públicas y servicios sociales, como carreteras, agua, electricidad, escuelas y adquisición de ambulancias, se destinan 9,6& del total del dinero enviado, y el 1.8% es para programas, desarrollo económico y generación de empleos a través de proyectos de construcción.  Este dinero es el que se envía a través de los programas llamados 3 x 1.  El 1.8% se manda para organizar fiestas, celebraciones religiosas de los pueblos, para mantenimiento y habilitación de campos deportivos o para ayuda en desastres naturales.

El estudio destaca que las remesas son benéficas para el desarrollo si se define éste como ingreso, pero si la definición es más compleja y exige cierto grado de educación y salud, el impacto de las remesas en el desarrollo de los pueblos es menos significativo.

 

 

 

 

 

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