Sindicatos y trabajadores conmemoran legado de César Chávez; estudiantes aprenden sus valores Enrique Galván-Duque Tamborrel abril / 2005 La gratitud nos hace felices porque son raras las Cuando recuerdo al líder de los trabajadores agrícolas de California, EE. UU., lo hago con la admiración que se le puede tener a un hombre sencillo y honesto, entregado absolutamente a la defensa de sus representados. Pienso, con un dejo de envidia sana, la labor que pudiera haber hecho en nuestro país en bien de los campesinos que siempre han sido engañados y explotados por tantos líderes corruptos que en México han sido. Aunque no dejo de pensar también que en México no lo hubieran dejado actuar ---como no han dejado a quienes honestamente han querido hacerlo--- en forma similar, tal parece que en nuestro país los buenos estorban. El mensaje de "Sí, se puede" con el que concluyó el día último de marzo la homilía en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles arrancó los aplausos y sentimientos de los más de dos mil asistentes que se dieron cita para recordar el 78o aniversario del nacimiento de César Chávez. Las bancas del templo se llenaron de una variedad de colores que encabezaban a los distintos sindicatos. Campesinos, maestros y trabajadores públicos fueron sólo algunos de los que se unieron para recodar que el legado del activista méxicoamericano sigue hoy más presente que nunca. "Estamos con Chávez hasta el final, porque fue la primera luz para que todos los trabajadores nos pusiéramos en pie para conseguir nuestros derechos y, para mí, César sigue siendo esa luz", dijo Ana Castro, activista que asistió a la ceremonia. Entre los presentes en la iglesia se encontraban el alcalde James Hahn y el concejal y candidato a la alcaldía Antonio Villaraigosa, quienes antes de hacer acto político a la salida de la Eucaristía escucharon las peticiones de los trabajadores, que centraron su interés en la igualdad de oportunidades y en un mayor esfuerzo legislativo. "En cierto modo, Chávez fue un héroe para mí cuando yo estaba creciendo, porque luchó por la gente que necesitó de alguien para hablar por ellos. Chávez fue capaz de integrar su fe con el trabajo que hacía y eso ha resultado ser una inspiración para todos nosotros", expresó Hahn. "En este importante día no sólo tenemos que recordar su vida y el legado que nos dejó, sino tratar de vivir como él para involucrarnos en los esfuerzos por alcanzar una mayor justicia social", comentó, por su parte, Villaraigosa. Christine Chávez, nieta del luchador que salió acompañando al concejal, se mostró emocionada por el reconocimiento dado a su abuelo e invitó a mantener viva su memoria en favor de los trabajadores. "De mi abuelo recuerdo que estaba siempre trabajando, y ésa es la verdadera forma de seguir conmemorando su esfuerzo, con el apoyo a los sindicatos, porque eso fue realmente lo que él desempeñó", dijo la nieta. Luis Rojas, ex bracero durante la década de los años 60, acudió a la misa portando un cuadro enorme con la fotografía de Chávez. Al igual que él, muchos otros se mostraron complacidos de haberlo conocido en persona y recordaron su lado más humano. "A nosotros nos pagaban 15 centavos por cada caja de tomates que recogíamos, y cuando acudimos a Chávez, conseguimos que nos pagaran a 25 centavos cada una. Se preocupaba de que las camas nos las dieran en buen estado y de que tuviéramos baños, que antes no teníamos. Fue muy humano y seguirá siendo un héroe", dijo Rojas. Mientras tanto, la Placita Olvera acogió por quinto año consecutivo a cerca de dos mil alumnos de escuelas primarias en un acto organizado por el Instituto Cultural Mexicano para promover entre los más pequeños los valores que defendió el líder campesino. "Creemos que es más importante que al menos por un día los niños aprendan la historia sobre César Chávez y que piensen qué pueden hacer ellos por ayudar a los demás", señaló la directora del instituto, Susana Bautista. Proyecciones en video, moldear la bandera de la Unión de Campesinos y una marcha al compás del himno De Colores enfocó el acto, en que los estudiantes tuvieron también la oportunidad de leer sobre la vida del activista. "La mayoría de los niños tienen en su mente haber oído alguna vez el nombre de César Chávez, y para los hispanos es más fácil comprender su historia, porque vienen de familias migrantes y trabajadoras", dijo Benjamín Mireles, director del Centro de Libros en Español de San Diego. "La vida es una escala por la que vamos subiendo, el desaliento es el escalón que falla, ¡brinquémoslo!" ¡HONOR A QUIEN HONOR MERECE!
|
martes, 14 de diciembre de 2010
Un líder ejemplar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario