jueves, 16 de diciembre de 2010

La lucha perenne por mejorar la vivienda

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel
marzo / 2005

 

 

Solamente los obtusos no se dan ---o no se quieren dar--- cuanta de los significativos cambios que el actual gobierno ha traído al país.  Claro, ellos (los obtusos) quisieran que hubiera habido un cambio total o radical, o sea borrón y cuenta nueva.  Argumentan que las cosas siguen igual, pero no toman en cuenta que un cambio en esa forma solo se hubiera podido hacer violentando las leyes, convirtiéndose en un estado totalitario, lo que hubiera significado una regresión total.

Hay actualmente, por fortuna y para nivelar las cosas, una generación nueva de demócratas que no quieren que la nación vuelva atrás.

En el importantísimo renglón de la vivienda, los gobiernos anteriores nos heredaron graves problemas en los organismos promotores de la misma.  Nos heredaron discrecionalidad en el otorgamiento de créditos, incapacidad para atender la demanda y una cartera vencida, particularmente en el caso de la vivienda para la población abierta y de los derechohabientes de vivienda dentro del sector público.  Se olvidaron que la vivienda no debe ser un regalo de ningún gobernante, es una conquista y un derecho del pueblo.

Actualmente se está poniendo un límite tajante al coyotaje que tanto lesionó al INFONAVIT en un pasado cercano, en este sentido los ahorros operativos y la recuperación de la cartera que han emprendido consolidan también las finanzas del referido Instituto, haciéndolas sanas y vigorosas para enfrentar los desafíos que la sociedad demanda.

En este contexto, es notorio que la política actual se ha propuesto hacer efectivos el derecho de todos los mexicanos a vivir mejor, su derecho de contar con una vivienda digna.  Para ello se han rediseñado las políticas de las viviendas; se creó la Sociedad Hipotecaria Federal y la Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda, y se ha enfocado el fortalecimiento de los organismos nacionales inherentes con innovación, transparencia y calidad a fin de que brinden un mejor servicio a sus derechohabientes.

En el presente año los bancos y Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofol) deberán entrar fuerte al sector de la vivienda, pues al incrementar el número de créditos hipotecarios estarán contribuyendo a disminuir la sobreoferta de casas y de paso participarán en el esperado crecimiento de casi 23% del INFONAVIT.  El año pasado éste Instituto otorgó 305 mil créditos y para este año aumentarán a 375 mil, con lo que coadyuvará en la creación o conservación de 4.5 millones de empleos directos e indirectos en el país. 

De los 375 mil créditos previstos, 180 mil serán financiamientos tradicionales, 120 mil para vivienda económica, 55 mil se otorgarán mediante Cofinanciamiento y 20 mil a través de Apoyo INFONAVIT.  En este punto cabe hacer notar que en este año alrededor de 56% de los créditos a entregar se canalizarán a trabajadores que perciben menos de cuatro salarios mínimos.

En los estados de la República que promuevan la construcción de vivienda económica y la utilización de los planes entre el INFONAVIT, la banca privada y las Sofol, se les podrá incrementar su cuota de préstamos una vez que cumplan sus metas.  Hasta ahora son once Sofol, cuatro bancos (Santander, Azteca, Banorte y BBVA Bancomer) los que participan en el programa de Cofinanciamiento, y antes de que finalice el año quizás se adhiera HSBC.   Se encuentra en proceso de análisis la posibilidad de que si un trabajador necesita trasladarse a otra entidad y tiene un crédito INFONAVIT, pueda vender su vivienda actual y utilice el financiamiento para adquirir otra casa en el estado al que se mude.

Otro programa que se impulsará este año son el de los propineros, que se ampliará de los destinos turísticos a todo el país, y el de los trabajadores agroindustriales que requieren moradas diferentes de las que son construidas en las ciudades.

Según la información proporcionada por el Director General del INFONAVIT, el índice de cartera vencida se ubicará este año en 7% ---2 puntos porcentuales menos que en 2004---; se prevé que los ingresos totales del Instituto superen los 80 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento de 14.9% con respecto a 2004.  En este año se estima que la captación de recursos por recuperación de cartera superará a la proveniente de las aportaciones patronales como la principal fuente de ingresos del organismo, al sumar 51.4% del total.

A partir del mes de febrero próximo pasado, los trabajadores que pierdan su empleo y tengan un crédito INFONAVIT podrán dejar de pagarlo, sin penalización, durante todo el tiempo que duren sin laborar.  Esta facilidad o reestructura de créditos es parte de un nuevo enfoque de cobranza social que se instrumentará en este año, y bajo el cual se buscará ajustar los principios del Instituto con las necesidades de los trabajadores.  Se aplicará en caso de desempleo, cuando los trabajadores con crédito queden discapacitados, cuando sean reubicados a otras entidades federativas o cuando quieran vender el inmueble.  Este esquema social se adicionará al de prorrogas de 12 meses por desempleo ---en donde el trabajador deja de pagar---, que ya existe, y que puede usarse hasta en dos ocasiones.  Un trabajador que sea removido de una entidad federativa a otra por su trabajo, podrá vender su casa y obtener un nuevo financiamiento.

Indiscutiblemente ha habido un avance substancial en este importantísimo rublo que es la vivienda, pero aún falta mucho que hacer al respecto, principalmente en combatir los vicios que por décadas han prevalecido y entorpecido su correcto desarrollo.  El principal vicio ha sido la lacerante corrupción, reflejada en la discrecionalidad con la que se compartían y repartían las viviendas.  Durante los primeros años de vida del INFONAVIT los sempiternos  líderes sindicales que con sus parientes y paniaguados, y en colusión con malos funcionarios se hicieron dueños, desde los proyectos y construcción, de cuanto programa de vivienda se echaba a caminar, dando como resultado, amen de la mala calidad, la repartición de casas a su entera voluntad.

El actual gobierno ha luchado denodadamente para acabar con esa corrupción, y se ha logrado mucho al respecto, pero son tan grandes los interese creados en esa cloaca que es necesario una lucha tesonera para eliminarla definitivamente y para ello se necesita la participación de la ciudadanía.  Hay que recordar que la corrupción se cobija en el seno de la sociedad misma.

 

 



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