domingo, 12 de diciembre de 2010

LOS ÁNGELES, CAL.

 
¿Hacia dónde se dirigirá Antonio Villaraigosa?

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El viernes 1 de julio, cuando Antonio Villaraigosa celebró el inicio de su mandato, continuó contando con una ola de entusiasmo que se expandió desde Los Ángeles por todo el país, y llegó al hemisferio sur y Europa. Desde la asunción de Tom Bradley en 1973 la ciudad no había recibido a tantos mandatarios de primer nivel para la ceremonia inaugural de un alcalde. En medio de todo este fervor, ¿cuál será el camino de Villaraigosa? ¿Cuáles serán sus éxitos? ¿Y con qué obstáculos se encontrará?

La arrolladora victoria de Villaraigosa, con 17 puntos porcentuales por encima del alcalde en ejercicio, plantea tanto una ventaja como un desafío. Lidera una de las coaliciones más amplias con las que ha contado Los Ángeles a lo largo de su historia, una alianza que incluye sindicalistas progresistas, funcionarios afro-americanos electos para altos cargos y el antiguo alcalde republicano Richard Riordan. También incluye al concejal conservador y afro-americano Bernard Parks y al demócrata moderado del Valle de San Fernando, Bob Hertzberg. Y por supuesto esta coalición se apoya en un electorado latino que se ha levantado y crecido, un electorado que significó la cuarta parte de todos los votantes el día de las elecciones. Las expectativas de los latinos, en Los Ángeles y otros sitos son muy fuertes y el simbolismo de la elección de Villaraigosa como alcalde tiene un significado muy profundo.

Hace tiempo los politólogos estudian las coaliciones electorales, y algunos de ellos creen que la coalición más estable es la "coalición ganadora de mínimas proporciones". Es decir, una sólida alianza significa tener menos bocas que alimentar políticamente. La coalición de Villaraigosa no se parece en nada a una ganadora de mínimas proporciones. Es una coalición amplia, profunda, vasta y llena de entusiasmo y expectativas. Sin embargo, no hay motivo para que Villaraigosa no pueda hacer funcionar esta "coalición ganadora de máximas proporciones" si continúa aplicando su extraordinaria energía y capacidad para crear coaliciones a la hora de solucionar problemas.

Con años de experiencia política a nivel estatal y local, es probable que Villaraigosa evite la calamidad política que ha caído en la otra cara nueva en la vida política de California, Arnold Schwarzenegger.

Arnold asumió su cargo con grandes expectativas, atención internacional y una reputación como un hábil negociador y un eficaz comunicador. Como Villaraigosa, fue electo por un electorado que quería cambios y quería que ocurrieran ahora. Tuvo un gran comienzo al lograr conquistar a los líderes legislativos y conectarse con el público. Buscó soluciones innovadoras a problemas importantes, fomentó el bipartidismo y parecía poder convertirse en uno de los mejores gobernadores para resolver los problemas enfrentados en la reciente historia de California. Pero luego tiró todo por la borda y exacerbó su partidismo, se retiró de acuerdos establecidos con grupos de interés, demonizó a sus opositores, actuó demagógicamente en el tema de la inmigración y finalmente escandalizó a los votantes de California exigiéndoles convocar a unas elecciones especiales en noviembre que derrocharían mucho dinero. El apoyo público que tenía se esfumó con la misma rapidez con que había aparecido.

Si Antonio puede mantenerse como una persona altamente energética, pragmática y creadora de coaliciones para la resolución de problemas, podrá conservar el estado de luna de miel durante varios meses más. Villaraigosa es un progresista comprometido cuyas ideas lo conducirán a encontrar maneras de ayudar a que la clase obrera busque la forma de ganar mayor movilidad social. Además, cuando era miembro de la Asamblea, también demostró una gran capacidad para trabajar con el otro partido y otras ideologías.

Su filosofía parece basarse en que no siempre se conocen las respuestas, pero sí se conocen las personas que pueden encontrarlas.

Se puede aplicar su estrategia de invitar a todo el mundo a la mesa para resolver muchos de los problemas con eficacia. Los temas pertinentes al transporte regional, como la ampliación del aeropuerto, requieren que el alcalde de Los Ángeles trabaje con las pequeñas ciudades que rodean el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, y otras ciudades como Beverly Hills, la que está ubicada en medio de una propuesta para crear un tren que transite por Wilshire Boulevard. Que el alcalde de Los Ángeles sea respetuoso y cuidadoso para con los líderes de esas comunidades, sin obrar de esta manera solamente cuando Los Ángeles necesita algo, sino en forma continua, tendrá el mismo efecto que la visita del presidente de Estados Unidos a países pequeños. Esa inversión podría lograr exitosas políticas regionales a largo plazo. Esta estrategia también se adapta bien a la situación de "coalición ganadora de máximas proporciones".

¿En qué aspectos puede Villaraigosa tener dificultades? Siempre existe el riesgo de prometer demasiadas cosas a demasiados grupos, y después tener que cancelarlas. Esto es algo que le ocurrió a Arnold, hizo acuerdos irreales y luego, cuando no pudo cumplir con sus promesas, manejó inadecuadamente la inevitable crítica diciendo que nunca le había prometido al grupo de escuelas que devolvería el dinero que había tomado prestado de la educación para balancear el presupuesto.

Villaraigosa tendrá que cumplir con algunas promesas centrales que fueron cruciales para su victoria. Una de ellas es darle a la municipalidad un gran baño en ética. Uno de sus pocos tropiezos en la campaña electoral por la alcaldía fue su respuesta inicial que hacía oídos sordos a los controvertidos fondos que llegaron a su campaña. Las oportunidades para realizar reformas éticas no duran mucho tiempo, Villaraigosa debe proponer y llevar a cabo dichas reformas lo antes posible.

Ahora se espera que la capacidad de Villaraigosa para manejar la coalición ayude a resolver problemas potencialmente peligrosos que separan a los afro-americanos de los latinos, especialmente en las escuelas secundarias públicas.

El elemento más interesante e imprevisible que Villaraigosa enfrentará como alcalde es el tema étnico. La atención mundial brindada a su victoria electoral se basa en gran parte a la tremenda importancia de contar con un alcalde latino en la segunda ciudad más grande del país. Su triunfo electoral también simboliza el nuevo papel que las comunidades de origen inmigrante juegan en la vida estadounidense. Justo cuando Villaraigosa asume su cargo, temas relacionados a la potenciación de los latinos, las políticas de inmigración y hasta la relación entre Estados Unidos y México pasan a estar en primer plano. Los nuevos datos sobre el tamaño de la población inmigrante, las nuevas reglas para votar en México que pueden conceder el derecho al voto a los residentes estadounidenses de origen mexicano y los enfurecidos grupos paramilitares de la frontera, se combinan para crear una atmósfera política muy inestable.

Al mismo tiempo, el tema de la inmigración parece caer como una tonelada de ladrillos en la vida política de Estados Unidos. Con la guerra de Irak empantanada, los republicanos con problemas en Washington, D.C. y en Sacramento, quizá en poco tiempo veamos asomar la horrible cara de la demagogia. Villaraigosa, como el latino más prominente del momento en la vida política estadounidense, puede resultar sacudido por estas fuerzas, pero también tiene la gran oportunidad, a través de su propia historia de vida y carrera política, de volver a enfocar el debate acerca de las aspiraciones de las comunidades inmigrantes para lograr una mayor movilidad y compartir el sueño americano.

 



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